Es un instrumento de política ambiental para regular el uso del suelo y promover un desarrollo sustentable, pretende maximizar el consenso entre los sectores y minimizar los conflictos ambientales por el uso del territorio.

Busca un equilibrio entre las actividades productivas y la protección de los recursos naturales. Por ello, uno de los principales retos del programa es armonizar las actividades de todos los sectores entre sí y con el medio ambiente.

Contar con este instrumento de planeación territorial es de primordial importancia para identificar, prevenir y revertir los procesos de deterioro ambiental, como la escasez y contaminación del agua, la afectación y pérdida de especies de flora y fauna, la degradación del suelo y la pérdida de la cobertura vegetal, entre otros.